Luego de que México se independizara se hallaba bajo conflictos independistas y en luchas por el poder en distintas partes del país, razón por la cual Estados Unidos fijó su mirada en la provincia de Texas. Por lo tanto, en 1825 fue enviado Joel Robert Poinsett con el fin de establecer los límites entre cada país, con el que Estados Unidos pretendía anexar a su territorio la provincia de Texas, ofreciendo 1 millón de dólares por el territorio. Sin embargo, México rechazo tal propuesta.

No obstante México había permitido que una gran cantidad de emigrantes americanos ocuparan Texas de manera legal e ilegal. Estas circunstancias permitieron que Estados Unidos siguiera insistiendo en obtener la provincia de Texas con una posterior oferta.

En Texas estaba desarrollándose un espíritu independentista que fue indetenible. En 1836 Texas se independiza de México. Estos acontecimientos provocaron enfrentamientos entre las tropas mexicanas y los rebeldes independentistas Texanos, en una de las cuales el jefe militar mexicano Santa Anna, fue capturado. Este fue obligado a firmar un tratado por el cual reconocía a Texas como nación independiente. No obstante, México desconoció la valiz del tratado.

Las circunstancias empeoraron cuando Texas fue anexado como parte de los Estados Unidos en 1845. México rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos y retiró a su representante de Washington. Estos sucesos dieron pie al inicio de la guerra entre México y los Estados Unidos.

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