En la mitología romana, Juno era una diosa, equivalente a la Hera griega, diosa del matrimonio y reina de los dioses. Hija de Saturno y Ops, hermana y esposa de Júpiter, con el que tuvo dos hijos, Marte y Vulcano y una hija, Lucina, aunque es posible que Lucina fuera simplemente un epíteto de Juno en su función como diosa de los alumbramientos. Juno fue una deidad mayor de la religión romana y formó parte, junto a Júpiter y Minerva, de la Tríada Capitolina, un importante culto romano. En la mitología romana Juno representa a la maternidad.

La teología de Juno es uno de los temas más complejos y discutidos de la religión romana. Incluso más que otras deidades romanas importantes, Juno tenía una gran cantidad de epítetos , nombres y títulos significativos y diversos que representaban varios aspectos y roles de la diosa. De acuerdo con su papel central como diosa del matrimonio, estos incluían a Pronuba y Cinxia ("la que suelta el cinturón de la novia"). Sin embargo, otros epítetos de Juno tienen implicaciones más amplias y están menos vinculados temáticamente.

Si bien ahora se reconoce generalmente su conexión con la idea de fuerza vital, plenitud de energía vital, eterna juventud, la multiplicidad y complejidad de su personalidad ha dado lugar a diversas interpretaciones, a veces irreconciliables, entre los estudiosos modernos.

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