En pleno canal de La Mancha, entre Francia e Inglaterra, donde el mar Céltico y el mar del Norte confluyen abrazando las islas británicas, se observan un conjunto de islas que presentan un estatus especial basado en una autonomía territorial. Entre ellas, la isla de Sark se ha destacado por haber defendido un sistema de gobierno sustentado en el feudalismo, que lo ha llevado a convertirse con el tiempo en una atracción turística.

Los visitantes disfrutan de un lugar donde el transporte está limitado y el alumbrado público es inexistente. La isla en la actualidad es una jurisdicción con grado de independencia, aunque pertenece a la Corona británica.

Esta condición y la existencia de un sistema administrativo propio, han ayudado a que este pequeño territorio de tan solo 5 km y medio de largo por 2 y medio de ancho haya desarrollado un conjunto de normas, con un estilo de vida propio.

Es un precioso territorio considerado por sus habitantes como la "La joya de la corona de las islas del Canal". Unos habitantes que alcanzan la cifra de medio millar, aunque en los últimos años se ha venido realizando un esfuerzo por aumentar esta cifra.

La isla está conformada por dos partes bien diferenciadas, unidas por el istmo de La Coupée, así como por el islote de Brecqhou en el lado occidental.

No hay aeropuertos, ni suministro de agua corriente o gas, ni alcantarillado o alumbrado público, no se permiten los automóviles, solo bicicletas y carruajes tirados por caballos.

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