A pesar de que organizaciones como Hunt Saboteurs y West Midlands, dos de las más activas en contra de la caza del zorro, echan el resto tratando de evitar que sus compatriotas aprovechen los resquicios que dejó la ley aprobada bajo el mandato de Tony Blair para sortear la norma, estas cacerías siguen produciéndose.

Los defensores de los animales llevan 14 años sosteniendo que la prohibición se ignora sistemáticamente y aportando datos concluyentes. La temporada de caza en Reino Unido comienza en el mes de noviembre. Desde entonces hasta finales de diciembre varias asociaciones han denunciado decenas de persecuciones y muertes de zorros. Sólo durante el Boxing Day, una de las fiestas británicas más antiguas, se celebraron 53 cacerías por todo el país.

Lo cierto es que, más de una década después de la polémica ley, el debate sigue sobre la mesa. Hace solo unas semanas, cuando las organizaciones animalistas alertaron sobre la proliferación de este tipo de cacerías, la parlamentaria laborista Susan Mary denunció el desarrollo de nuevas prácticas para aprovechar las lagunas que deja la legislación, y anunció que su partido, si llega la poder, luchará sin descanso para erradicarlas.

Las pretensiones de los laboristas no han hecho ni pizca de gracia a la potente asociación de cazadores Grove and Rufford Hunt, cuyo presidente, Nick Alexander, ha levantado la voz asegurando que «la caza es una parte muy importante de Inglaterra".

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