La revolución inglesa es el periodo de la historia del Reino de Inglaterra que abarca desde 1642 hasta 1688. Se extiende desde el fin del reinado de Carlos I de Inglaterra, pasando por la República británica y el Protectorado inglés de Oliver Cromwell y finaliza con la Revolución Gloriosa, que destituye a Jacobo II.

En este contexto se incluye una serie de conflictos armados denominados guerra civil inglesa o guerras civiles inglesas, que se libraron entre realistas y parlamentarios entre 1642 y 1651.

A diferencia de otras guerras civiles en Inglaterra, que se disputaban principalmente por quién debía gobernar, estos conflictos también se referían a cómo debían gobernarse los tres reinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda.

El resultado fue triple: el juicio y la ejecución de Carlos I (1649); el exilio de su hijo, Carlos II (1651); y la sustitución de la monarquía inglesa por la Commonwealth de Inglaterra, que a partir de 1653 (como Commonwealth de Inglaterra, Escocia e Irlanda) unificó las islas británicas bajo el gobierno personal de Oliver Cromwell (1653-1658) y brevemente de su hijo Ricardo (1658-1659).

En Inglaterra, se puso fin al monopolio de la Iglesia de Inglaterra sobre el culto cristiano, y en Irlanda, los vencedores consolidaron la ascendencia protestante establecida.

Desde el punto de vista constitucional, las guerras sentaron el precedente de que un monarca inglés no puede gobernar sin el consentimiento del Parlamento.

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