Ceres, el planeta enano más cercano a la Tierra. Está ubicado en el cinturón de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter. Es un mundo pequeño que ha dado grandes sorpresas.

Una serie de nuevas investigaciones a partir de datos de la sonda Dawn de la NASA propone que Ceres es un cuerpo geológicamente activo, con volcanes de hielo y embolsamientos de un océano antiguo que ha sobrevivido.

Casi un año de datos recopilados por Dawn entre finales de 2017 y finales de 2018 durante sus órbitas finales antes de quedarse sin combustible, desvelan que es probable que el planeta enano contenga un líquido salobre que resuma en su superficie, así como montículos y colinas que se formaron cuando el hielo se fundió y se recongeló tras el impacto de un asteroide hace unos 20 millones de años.

La idea de que pueda persistir agua líquida en Ceres, un mundo que posee un tercio del diámetro de la Luna, habría parecido descabellada en el pasado. Sin embargo, ahora que la humanidad lo ha estudiado de cerca se sabe que el gélido y diminuto Ceres está geológicamente vivo.

Los hallazgos ayudan a abordar el misterio central de Ceres: un cráter de impacto de unos 92 kilómetros de diámetro conocido como Occator recubierto de depósitos brillantes formados por sales.

La nueva investigación sugiere que una salmuera subterránea podría haberse filtrado en el fondo del cráter Occator y formado estos depósitos salados hace solo 1,2 millones de años.

Más información: es.m.wikipedia.org