Hacia 1970 la lucha armada en Uruguay por parte de Tupamaros adquirió mayores proporciones, con lo cual muchas veces la policía se vio desbordada. Por entonces, Tupamaros llevó a cabo algunas de sus acciones más conocidas, como el secuestro y posterior asesinato en agosto de 1970 del funcionario estadounidense Dan Mitrione, enviado como asesor para instruir a la policía y a los militares en un uso más racional y eficaz de la tortura,​ en el marco de la United States Agency for International Development.

La organización guerrillera había secuestrado a Mitrione y al cónsul brasileño Aloysio Días Gomide. Nathan Rosenfeld y Michael Gordon Jones, agregado cultural y segundo secretario de la Embajada de EE.UU., a quienes también secuestraron, lograron escapar.

Luego de varios intentos de negociación, que fracasaron ante la negativa del por entonces presidente de Uruguay Pacheco Areco de ceder ante las exigencias de Tupamaros (entre ellas liberar presos políticos), fue asesinado en agosto de 1970.

Las repercusiones mundiales fueron de repulsa. En Francia el matutino parisino Le Figaro, bajo el título "El fin de una leyenda", escribió: "Sin duda el funcionario norteamericano Dan Mitrione, no era más que lo que llaman vulgarmente un gorila pagado por el FBI o la CIA. Pero no es menos cierto que ejecutándolo, los sediciosos se pasaron al otro campo y de oprimidos se convirtieron en opresores".

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