Cuando hablamos de ácidos y de bases, nos referimos a dos tipos de compuestos químicos, opuestos en cuanto a su concentración de iones de hidrógeno, es decir, su medida de acidez o alcalinidad, su pH. Sus nombres provienen del latín acidus (“agrio”) y del árabe al-Qaly (“cenizas”). El término “bases” es de uso reciente, antiguamente se los llamaba álcalis.

Cuanto menor sea el pH, mayor es el grado de acidez (0 es el gradiente del ácido clorhídrico), cuanto mayor sea el pH, mayor es el grado de alcalinidad o pH básico/alcalino (14 el gradiente de la soda cáustica).

Tanto ácidos como bases son sustancias conocidas por la humanidad desde hace cientos de años. Sin embargo, solo se las pudo comprender totalmente con la formulación de la teoría atómica en el siglo XIX y la comprensión de los aspectos subatómicos de la química.

Un ácido es una sustancia que es capaz de liberar iones de hidrógeno (H+) en una solución, aunque también se considera como un ácido una sustancia que puede recibir un par de electrones. En cuanto a la base, esta se considera como una sustancia capaz de disociar iones de hidróxido (OH-) en una solución, o también son consideradas aquellas sustancias capaces de donar un par de electrones.

Una base química, al aportar iones hidroxilos al medio, es capaz de neutralizar ácidos. Se genera una reacción de neutralización al producir sales y agua.

Más información: concepto.de