En química, se designan bajo el nombre de amalgama las aleaciones que el mercurio produce con los otros metales. Cabe recordar que una aleación es el resultado de la fundición de dos o más elementos de los cuales al menos uno es un metal. Las amalgamas, de este modo, son aleaciones que tienen al mercurio como uno de estos elementos.

Cuando el mercurio es el metal de mayor preponderancia en la aleación, se obtiene una amalgama líquida. En cambio, si el mercurio aparece en un proporción menor que el otro metal, se trata de una amalgama sólida.

Estas amalgamas suelen utilizarse, en el terreno del arte y la joyería, para modificar las características de diversos elementos. La amalgama de plata (ocho partes de mercurio y una parte de plata), por ejemplo, permite platear el bronce, el latón y el cobre. La amalgama de oro (con el que el mercurio tiene gran afinidad), por su parte, sirve para dorar el latón, el cobre e incluso la propia plata.

Todas son blancas, brillantes y susceptibles de cristalizar. Expuestas al aire, las formadas por metales oxidables se alteran con prontitud; el calor las descompone a todas volatilizando el mercurio, el cual puede inducir envenenamiento por mercurio en la mayoría de los seres vivos.

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