El Tratado de Letrán también conocido como Pactos de Letrán o acuerdos lateranenses, fueron suscritos el 11 de febrero de 1929 entre el gobierno italiano y La iglesia católica.

El tratado buscaba terminar con los desacuerdos entre la república italiana y la Santa Sede, iniciados durante el siglo XIX cuando la iglesia perdiera la mayor parte de sus estados pontificios durante las guerras de unificación italiana, impulsadas por Víctor Manuel II.

El cardenal Pietro Gasparri , en nombre del Papa Pío XI, y Benito Mussolini, secretario de estado de la Santa Sede el primero y primer ministro de Italia el segundo, idearon tres acuerdos diferentes: el primero reconocía a la Santa Sede como estado independiente y soberano, naciendo así el Estado de la ciudad del Vaticano.

Un segundo acuerdo pactaba un trato entre el gobierno italiano y la iglesia, fijando los límites en sus relaciones civiles y religiosas. El tercer pacto otorgaba a la iglesia una compensación económica por las pérdidas sufridas en 1870.

La firma del tratado suponía el fin de las diferencias entre iglesia y estado. El gobierno italiano daba el aval al catolicismo como religión única, reconocía la personalidad internacional de la Santa Sede y le otorgaba plena propiedad y jurisdicción sobre sus territorios en el creado estado de la ciudad del Vaticano. Se comprometía a la inviolabilidad de esos territorios y reconocía el carácter sagrado de la persona del papa, así como a los altos prelados de la Iglesia católica.

Más información: www.ecured.cu