La numeración romana es un sistema de numeración que se desarrolló en la Antigua Roma y se utilizó en todo el Imperio, manteniéndose con posterioridad a su desaparición y todavía utilizado en algunos ámbitos. La aparición de la numeración romana se remonta a lo largo de la historia de la Antigua Roma, siglo VII a.C.

Al comenzar los cultivos de las tierras y la domesticación de los animales, los romanos se vieron en la necesidad de contar de alguna manera los rebaños y las cabezas de ganado, por lo que comenzaron a utilizar marcas en los troncos de los árboles.

Con el tiempo, las numeraciones se hicieron mayores y se vieron en la necesidad de inventar símbolos para llevar las cuentas, por lo que comenzaron a elaborarlos colocando los símbolos uno después del otro, utilizando las letras como símbolos de las unidades elementales. Con ello, se le da un comienzo al significado de números romanos.

Este sistema emplea algunas letras mayúsculas como símbolos para representar ciertos valores. Los números se escriben como combinaciones de letras. El año actual, por ejemplo, 2022, se escribe numéricamente como MMXXII.

Está basado en la numeración etrusca, la cual, a diferencia de la numeración decimal que está basada en un sistema posicional, se basa en un sistema aditivo (cada signo representa un valor que se va sumando al anterior). La numeración romana posteriormente evolucionó a un sistema sustractivo, en el cual algunos signos en lugar de sumar, restan.

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