La Torre de la Doncella, en Estambul, Turquía, es un edificio ubicado en un pequeño islote del Estrecho del Bósforo, construido a 200 m de la costa, durante el siglo XII por orden del emperador Manuel Komnenos, con el objetivo de cerrar el paso a los barcos por el Bósforo.

El islote estaba conectado a la costa asiática mediante una muralla defensiva, cuyos restos aún son visibles. Posteriormente, la torre fue utilizada como atalaya por los otomanos durante el reinado del Sultán Mehmed II.

En la actualidad es un restaurante, con una cafetería en la cima de la torre que ofrece unas vistas magníficas. Debido a su posición en el centro del Bósforo, se ha utilizado como faro, aduana, casa de retiro y cuartel.

Se le puede considerar uno de los edificios más antiguos de Estambul, aunque su arquitectura ha ido variando a lo largo de los años.

Lo más curioso de esta torre es que debe su nombre a una antigua leyenda que cuenta que fue erguida por un antiguo emperador que quiso salvar a una de sus hijas predilectas de la muerte. Al nacer, un antiguo oráculo le vaticinó una muerte por una picadura de una serpiente venenosa antes de cumplir los 18 años.

El emperador construyó la torre para protegerla durante toda su infancia, pero el día de su 18 aniversario, el padre, que se sentía seguro del lugar tan protegido en el que se encontraba su hija, le regaló una cesta con frutas exóticas en cuyo interior viajaba una serpiente áspid que la mordió, cumpliéndose así la profecía.

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