Piero della Francesca (1416 -1491) fue un destacado pintor y geómetra italiano. Se formó como matemático a la vez que lo hacía también como pintor. Es uno de los principales y fundamentales personajes del Renacimiento, aunque jamás trabajó para los Médicis.

Este aspecto no solo se deja notar en los tratados que escribiría en su etapa de madurez, "De prospectiva pingendi", sobre los procedimientos prácticos de la perspectiva, o "Libellus de quinque corporibus regularibus", sobre la identificación de la pintura con la perspectiva, sino que impregna toda su pintura.

Piero se atiene a la armonía profunda de los cuerpos geométricos, a la belleza de las formas simples, de sus correspondencias y simetrías.

Su aprendizaje florentino parece indudable en obras como el Bautismo de Cristo, deudoras del vigoroso planteamiento plástico de Masaccio, del riguroso orden compositivo de Fra Angélico o de la luminosidad de las gamas cromáticas de Domenico Veneziano.

Su "Leyenda de la Vera Cruz" es considerada la más sobresaliente de toda su producción. Está basada en una leyenda medieval muy compleja, y plasmada con grandiosidad y solemnidad, mediante un perfecto estudio de las proporciones, de tal forma que naturaleza, arquitectura y personajes se entrelazan y relacionan con una armonía y un equilibrio perfectos.

Otras obras destacadas son el "Díptico de Urbino", una de las obras más notables del Quattrocento italiano; la enigmática "Flagelación" y la "Virgen de Senigallia".

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