El Reino de Aragón fue un reino medieval nacido y de principios de la modernidad que se encontraba en la Península Ibérica, correspondiente a la actual comunidad autónoma de Aragón, en España. No debe confundirse con la Corona de Aragón, de la que también formaron parte Cataluña y posteriormente el Reino de Mallorca, el Reino de Valencia, y varios territorios en el Mediterráneo.

A partir de 1164, el Reino de Aragón pasó a formar parte de la Corona de Aragón, pero al igual que los demás territorios de la Corona, mantuvo instituciones políticas propias y fueros durante cerca de 600 años, hasta los decretos de Nueva Planta.

En el siglo XV, tras el matrimonio de los Reyes Católicos, la Corona de Aragón y la Corona de Castilla pasaron a tener los mismos monarcas, dando por primera vez lugar a la Monarquía Española.

En 1707, en el contexto de la guerra de Sucesión española, el rey Felipe V derogó sus fueros, abolió el Consejo de Aragón y eliminó la figura del virrey. Poco después desaparecerían el resto de instituciones propias, como la Justicia, la Diputación o las Cortes de Aragón y se aplicarían las Leyes de Castilla en lugar de las aragonesas. Estas medidas supusieron el fin de Aragón como reino,​ si bien continuaría considerándose una división territorial de España hasta 1833, cuando Javier de Burgos estableció la división territorial por provincias, suprimiendo la división por reinos.

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