El okapi (Okapia johnstoni) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Giraffidae, uno de los más exóticos del planeta.

Es el animal vivo más cercano a la jirafa, posee una característica muy curiosa y significativa: un manto de pelo similar al de una cebra en algunas partes de su cuerpo. No se trata de un animal híbrido, ya que no posee familiaridad con los Equus (familia de cebras, caballos y asnos).

De origen africano que habita especialmente en las tupidas selvas del norte de la República Democrática del Congo, entre los ríos Uelle y Ituri, y en las selvas del río Aruwimi, que discurre por África Central.

Mide alrededor de los 2 metros, siendo los machos ligeramente más altos y robustos que las hembras.

Posee un manto de pelo espeso y castaño por todo su cuerpo salvo en patas y glúteos, donde cambia a rayas blancas y negras similar al manto de pelo de una cebra.

Son animales solitarios y rara vez viven en pareja (salvo durante la gestación y cría de los pequeños) o en reducidos grupos familiares.

La hembra pare solo una cría entre final de verano y principio de otoño, en los meses de agosto y octubre, tras una gestación que ronda de los 435 a 445 días.

Las hembras alcanzan su madurez antes que los jóvenes machos.

Las crías poseen un amplio repertorio de sonidos para comunicarse con sus madres pero los adultos tienden a ser mudos.

Su sentido más desarrollado es el olfato y luego el oído. Características útiles para poder encontrar refugio y alimento.

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