El parchís es uno de los juegos de mesa más populares en todo el mundo. Akbar el Grande, conquistador de la India en el siglo XVI, uno de los emperadores mogoles más importantes de la Historia, inventó el parchís en la India en el año 1570.

En su palacio, en el centro de aquel paraíso solía haber algún pabellón de caza o lugar escondido para encuentros amorosos. Llegar a él era una meta íntima y secreta. Pero no había un juego establecido todavía. Fue Akbar el Grande quien tuvo la ocurrencia de convertir aquello, los jardines que rodeaban su palacio, en una especie de tablero gigante.

Las fichas que se utilizaban eran doncellas del imperio que se desplazaban de una casilla a otra a modo de pequeños tronos entre arbustos y matorrales de acuerdo con la puntuación sacada, siendo un número par de caballeros los que las movían montados a caballo.

No había dados ni cubiletes: la suerte la echaba el emperador lanzando al aire veinticinco conchas de caurí, de las cuales solo contaban las que caían hacia arriba. De hecho la palabra que dio nombre al juego es el numeral indio pacisi= veinticinco.

Tras invadir la India a mediados del XIX, los ingleses se aficionaron al parchís. Para convertirlo en juego de mesa, confeccionaron un tablero que imitaba la disposición y geometría del jardín del palacio de Agra; emplearon fichas de marfil, e introdujeron el dado para sustituir las conchas de caurí; también incluyeron el cubilete para poner en juego el albur o la suerte.

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