La cárcel más placentera del mundo está en una isla de Noruega, los presos viven al aire libre. Cuándo ingresan a ella pueden llevar algunas pertenencias personales, como su ropa predilecta y dispositivos electrónicos. Las únicas restricciones son el teléfono celular y las cámaras. Se encuentra en la isla del mismo nombre, donde sus inquilinos se dedican a la agricultura y no viven tras las rejas.

Los presos hacen diferentes actividades deportivas, montan a caballo, pescan. También hay exhibiciones de cine, cursos y charlas. Parece un lugar de retiro o un campamento de verano donde viven delincuentes.

En lugar de celdas, los presos viven en viviendas compartidas con habitación privada, se cocinan para sí mismos, a excepción de una comida al día que les da el personal de la isla.

Lejos de la saturación que existe en las cárceles de América Latina, esta prisión solo alberga a 115 presos. La mayor parte de la isla está reservada para la prisión. Los mismos presos operan un ferry que realiza varios viajes de ida y vuelta a la isla para llevar a los turistas.

Noruega es uno de los países más seguros del mundo. Un 20% de los presos vuelven a la cárcel en los primeros dos años de libertad. Algo muy diferente ocurre en los Estados Unidos, donde un 50% de los presos reinciden en los primeros tres años de libertad.

Las autoridades noruegas dicen, que un entorno donde las personas viven con comodidad ayuda a los presos para que se reivindiquen a la sociedad cuando salen.

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