El Aeropuerto Internacional de Changi en Singapur inauguró en 2019, la cascada interior más alta del mundo. Un espectacular salto de agua de 40 m de altura.

Ha sido considerado el mejor del mundo por séptimo año consecutivo.

Es una estructura de vidrio y acero que permite que todo el interior se bañe en luz natural, obra de Moshe Safdie. Tiene cinco niveles con todo tipo de servicios e instalaciones, y donde la vegetación es la protagonista y la atracción de los viajeros y visitantes que se mueven hacia tres de las cuatros terminales del aeropuerto.

La cascada "Rain Vortex", tiene en su núcleo un bosque interior llamado el Valle del Bosque de Shiseido, una atracción de jardín en terrazas con más de 120 especies de plantas, 900 árboles, pequeñas cascadas, y distintos senderos empedrados para realizar caminatas.

Lo más espectacular puede verse desde cualquier punto; es un chorro que vierte agua desde el vértice del techo de cristal hasta el centro del edificio, la cascada transporta 38.000 litros de agua por minuto, transformándose en un espectáculo de luz y sonido por la noche. El agua de lluvia, de las frecuentes tormentas, es recogida para abastecer el complejo, incluida su espectacular catarata.

En el piso superior, en el llamado Canopy Park, se puede disfrutar de 14.000 metros cuadrados de jardines con redes para saltar y caminar, un puente aéreo de 50 metros, dos laberintos (uno con espejos y otro de setos), un tobogán gigante y ocho bares y restaurantes.

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