Salisbury es una ciudad del sur de Inglaterra que no supera los 40 000 habitantes y que siempre ha sido lugar de paso para los miles de turistas que acuden a visitar el yacimiento de Stonehenge, situada a 14 kilómetros.

Su catedral gótica es el lugar donde se conserva la Carta Magna, escrita en 1215, que sentó las bases de la democracia e inspiró otros textos como la constitución de Estados Unidos o la Declaración Universal de Derechos Humanos.

La importancia del texto histórico radica en que introdujo, por primera vez, derechos y libertades fundamentales. Por ejemplo, que ninguna persona estaba por encima de la ley, ni siquiera el rey, o el derecho a un juicio justo, así como límites a la subida de impuestos. En definitiva, otorgaba más poderes al pueblo en un tiempo en el que reinaba Juan I de Inglaterra (1166-1216), según los historiadores, uno de los peores monarcas en la historia del país.

La catedral de Salisbury también guarda otro tesoro que no muchos conocen: el reloj en marcha más antiguo del mundo. Aunque lo mismo se dice de otros relojes. Supuestamente este reloj es del año 1386 y es uno de los ejemplares mejor preservados del primer tipo de reloj mecánico.

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