Se trata de una mansión medieval muy bien conservada, que está a 25 km al noreste de Brasov, en Bran. Rodeada de un aura de misterio y leyenda en torno al mito de Drácula de Bram Stoker, esta imponente mansión es un lugar de paso obligatorio para los que siguen la Ruta de Drácula por Transilvania.

Construído en lo alto de una roca de 200 m de altura, el Castillo de Drácula impresiona por sus torres y torreones. Fue construido en el sitio donde se encontraba una fortaleza de la época de los Caballeros Teutónicos en 1212 y fue documentado por primera vez en un acta que emitió Luis I de Hungría en 1377 en las que concedía a los sajones de Kronstadt (Brasov) el privilegio de construir la Ciudadela.

A pesar de que Stoker no conocía Transilvania, el escritor irlandés se basó en la investigación y en su imaginación para crear el lugar donde vivía el personaje del Conde Drácula, que se asemeja mucho a esta mansión.

De 1920 a 1957, Bran sirvió como residencia real, ya que el pueblo de Brasov se la regaló a la reina María de Rumanía.

El personaje Vlad Dracul, “Vlad el empalador “ nunca habitó el castillo, pero el éxito de la novela de Bram Stoker ha servido para que se gane un falso mérito, y que actualmente estén todas las rutas turísticas del país, y por supuesto las de Transilvania y el propio Drácula.

Después de que el castillo fuese devuelto a los herederos, (recordemos que había sido expropiado por el régimen comunista) se ha tratado de vender sin éxito.

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