Lusitania es hoy en día una de las provincias menos conocidas del occidente romano, a pesar de la importancia de su evolución, tanto por su localización, en el extremo del mundo conocido, como por la diversidad de pueblos que la formaron y el significado político de su creación.

Su territorio ocupaba la mayor parte de la actual Portugal al sur del Duero y una zona de España, fundamentalmente Extremadura y la provincia de Salamanca.

La capital, la colonia Augusta Emerita (actual Mérida, España), se convirtió en la población más importante de la fachada occidental del Imperio y en la primera capital efectiva de la península ibérica, tras la reforma administrativa de Diocleciano (244-311).

En un principio formó parte de la provincia de la República Romana de Hispania Ulterior, antes de convertirse en una provincia propia en el Imperio Romano. Los romanos llegaron por primera vez al territorio hacia mediados del siglo II a.C. Le siguió una guerra con las tribus lusitanas, del 155 al 139 a.C. En el 27 a.C. se creó la provincia.

Recibe su nombre del pueblo lusitano o lusitanos, un pueblo indoeuropeo. La etimología del nombre de los lusitanos sigue sin estar clara. La etimología popular relaciona el nombre con un supuesto semidiós romano Lusus, mientras que algunos estudiosos de la primera época sugieren que 'Lus' es una forma del celta 'Lugus' seguida de otra raíz (no demostrada) 'tan', que se supone que significa 'tribu'.

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