El Reino de Numidia (300 aC-25 aC) fue un estado de la antigüedad constituido tras la II guerra púnica. El reino tenía una cultura de origen púnico, se consolidó como un gran reino durante el reinado de Masinisa, situado en el norte de África.

Las tribus bereberes vivían en este territorio, pero llevaban mucho tiempo luchando contra los romanos. En el 46 a.C, Numidia desapareció, para dar paso a la provincia romana de África Nova.

El reino de Numidia ocupaba lo que es en la actualidad el norte de Argelia. Por su parte, África Nova estaba formada por 2 reinos que compartían este territorio:

Al este, el reino de los Masilios (cerca de la actual Constantina). Al oeste, el reino de Masesilos (entre Wadi al-Kebir y Muluya).

Los habitantes de Numidia se llamaban «númidas». Estos montaban muy bien a caballo, de ahí el interés de Roma y Cartago por ellos.

Después de que Massinissa, el príncipe de los Masilios, perdiera su reino, se alió con los romanos, que en ese momento libraban una guerra contra Cartago. En el año 203 a.C, el territorio de Numidia se unificó.

En el 148 a.C, murió Massinissa y los romanos consiguieron la división del reino de Numidia entre los tres hijos del rey. Tras la muerte de uno de los hijos, su correspondiente reino pasó a manos de Jugurtha, el hijo ilegítimo de un hermano de Micipsa.

Jugurta, que quería gobernar solo, se deshizo de los otros dos hijos y volvió a unificar Numidia. Fue encarcelado en Roma y murió (de hambre) en el año 105 a.C.

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