El Imperio Elamita, se situaba al este de Sumeria y Acad, en el actual suroeste de Irán. Los elamitas llamaban a su país Haltamti. Sirvieron de enlace entre los antiguos pueblos del Irán y los centros del Asia menor.

De hecho, los valles de los ríos Kerka (Uknu) y Karun (Ulai), que formaban las puertas de entrada a Elam, no eran más que la prolongación oriental de la llanura mesopotámica.

Elam formaba una meseta irregular, rodeada por cadenas montañosas, los montes del Kurdistán lo separaban de Urartu; los montes Zagros, de Mesopotamia; los montes de Kopetdaj limitaban por el norte; y los montes de Suleimán, por el sur.

Aunque la distribución geográfica de Elam no es del todo conocida, se sabe que el territorio fue configurado en varias regiones.

Allí se produce un lento proceso de estatalización que comienza en el VII Milenio a.C. con la aparición de una civilización agrícola basada en la irrigación fluvial.

A partir del VI Milenio a.C.se desarrollan mecanismos de riego artificial, análogo al que conocemos en Mesopotamia y posiblemente derivado de él.

Ya en el IV Milenio a.C.se observa la presencia de comunidades calcolíticas fuertemente implantadas, que mantienen muchos contactos con la Baja Mesopotamia.

Estas poblaciones tuvieron una técnica avanzada para la explotación del cobre nativo, que fueron depurando lentamente y que les permitió abrir las puertas de un amplio mercado exterior por todas las regiones circundantes que carecían del preciado metal.

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