Antes de la llegada de la imprenta, cada libro que se escribía, debía de ser redactado y copiado meticulosamente a mano. Esto llevaba mucha carga de trabajo y no permitía que llegará las publicaciones a muchas personas. Así que la llegada de la imprenta facilitó la difusión de libros y que la cultura se pudiera ir extendiendo con más personas. Gracias a la evolución que se produjo en este campo, nacieron los primeros periódicos y revistas.

Pero esta evolución no llegó de la noche a la mañana, ya que hubo dos siglos de diferencia entre la llegada de la imprenta y la primera revista. Conocemos que el nacimiento de la imprenta fue en el año 1440, por Johannes Gutemberg, que tenía el objetivo de conseguir una forma de poder traspasar conocimientos en masa por primera vez en la historia humana. Pero lo que se puede considerar la primera revista, surgió en Alemania en el año 1663, de la mano del teólogo y poeta Johann Rist. Se llamó Erbauliche Monaths-Unterredungen (Discusiones Mensuales Edificantes).

Este es considerado uno de los primeros ejemplos modernos de revista, aunque se parecía más a un libro con artículos de teología que a una revista propiamente dicha. Tuvo una gran repercusión, por lo que el formato se extendió luego con publicaciones similares en Inglaterra, Francia e Italia.

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