Candelaria Pérez fue la primera mujer en Chile en ser parte del Ejército, bajo el título de cantinera pues prestaba servicios de comida y enfermería. Pero luego, demostrando que podía ser una más frente a los hombres, participó como una soldado durante la Guerra del Pacífico y, posteriormente, terminó siendo ascendida a Sargento.

Nació en 1810 en el barrio la Chimba de Santiago. En su infancia no recibió instrucción debido a la pobreza de su familia, y se empleó desde muy niña. Trabajó como empleada doméstica. Gracias al apoyo de un amigo se independizó y estableció una pequeña fonda.

Iniciándose las hostilidades de la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, y tras el saqueo a su negocio por tropas peruanas, Candelaria Pérez se convirtió en informante de la Armada chilena. Fue descubierta por el ejército peruano, siendo recluída en una cárcel del Callao.

Una vez liberada, reanudó con mayor firmeza su objetivo de luchar junto a sus compatriotas. Solicitó su incorporación al Ejército chileno y fue enrolada en calidad de cantinera-enfermera en el Batallón Carampagne. Ofreciendo un aporte valioso ya que conocía el lugar.

En el campo de batalla fue una mujer aguerrida y temeraria, demostró grandes habilidades militares, y combatió en las primeras filas de contiendas como el sitio al Callao, y la Batalla de Yungay. Además de lo anterior, también curó a los soldados heridos. En reconocimiento a sus servicios, el General Bulnes la dotó del grado de Sargento.

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