Los tuaregs son un pueblo bereber del desierto del Sáhara. De espíritu nómada, su modus vivendi se basa en desplazarse en la búsqueda de recursos que puedan satisfacer sus necesidades y las del rebaño que gestionan.

A pesar de estar disgregados en pequeñas comunidades y no contar con unidad política, han llegado a poseer una estructura social muy definida y dividida en dos categorías, hombres libres y esclavos y en diferentes clases sociales, como vasallos, artesanos, guerreros o religiosos.

Pese a que tradicionalmente se dedicaron al pastoreo, adquirieron gran relevancia durante miles de años en las grandes caravanas comerciales que cruzaban el Sáhara. Fueron los que las conducían y controlaban, gracias a su perfecto dominio de tan inhóspito terreno.

La implantación de modernos medios de transporte han provocado que su población se haya reducido drásticamente.

La identidad tuareg siempre se ha mantenido ligada a la supervivencia. Para hacer frente a las continuas amenazas del hambre y las inclemencias climatológicas disponen de dos herramientas.

Las jaimas, compuestas por un armazón de madera atirantada cubierta de telas de diferente naturaleza, como pelo de animal o alfombras. Livianas y con una estructura triangular, permiten a la misma vez dar cobijo, proteger del viento y la arena y proporcionar la movilidad necesaria para la continua búsqueda de agua y pastos.

Su capital más importante es el ganado, sin el cual no tendrían posibilidad de subsistir.

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