La esgrima es un deporte de combate que se practica con espadas. Se originó como una forma de entrenamiento militar en la Edad Media, pero con el tiempo se convirtió en un deporte competitivo y también en una disciplina olímpica.

Existen tres armas de esgrima diferentes: espada, florete y sable. Cada arma tiene su propio conjunto de reglas y técnicas, y se diferencian en el peso, la longitud y la forma de la hoja.

El florete es largo (1,1 m), flexible, de acero al carbono, de sección rectangular y pesa menos de medio kilo. Al igual que la espada, los puntos sólo se consiguen por contacto con la punta, que en los torneos de puntuación eléctrica está provista de un botón con resorte para señalar el toque. El uniforme de un esgrimista de florete incluye el lamé (un chaleco, cableado eléctricamente para registrar los golpes). El florete es el arma más utilizada en competición.

En el siglo XVII aparece el florete, arma inofensiva de hoja flexible, terminada con un botón en forma de flor, que permitía simular un duelo sin riesgo.

El florete moderno es el arma de entrenamiento del espadín, el arma de mano habitual de los caballeros del siglo XVIII. También se sabe que se utilizaron floretes de estoque e incluso de espada larga, pero su peso y uso eran muy diferentes.

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