Luego de obtener el apoyo y los beneficios necesarios de parte del rey Carlos V para embarcarse en la conquista del imperio incaico, Francisco Pizarro salió desde Panamá en 1532 con dirección al Perú. Cuando llegaron, el Imperio Inca se estaba desmoronando. Se había formado solo cien años antes, cuando los incas se desplegaron desde su capital en Cuzco para aplastar a los muchos pueblos indígenas de la región, pero en esos momentos se estaba produciendo una guerra civil en el Imperio que enfrentaba a Atahualpa y a su hermano, Huáscar, ambos hijos de Huayna Cápac. Sin duda este fue uno de los factores que facilitó la conquista por parte de los españoles.

Además, muchos de los habitantes del imperio estaban hartos de la dominación inca y estaban dispuestos a aliarse con los españoles para deshacerse del dominio inca. Para los españoles recién llegados fue un autentico golpe de suerte, aun con sus enormes avances tecnológicos no eran desde luego un ejército formidable.

El 16 de noviembre de 1532 el conquistador español se entrevistó en la ciudad de Cajamarca con Atahualpa y, tras exhortarle sin éxito a que abrazase el cristianismo y se sometiera a la autoridad de Carlos V, lo capturó en un sangriento ataque por sorpresa, y luego lo terminaría asesinando.

En apenas tres años (1531-1533) se hizo con el control del rico y poderoso Imperio Inca.

Más información: www.xlsemanal.com