Las cabezas clavas son cabezas de piedra tallada, que fueron insertados en los muros de los templos del antiguo Perú. En estas esculturas se representan los animales sagrados del Perú precolombino, tales como: cabezas de felinos, serpientes y aves.

El ave que simboliza el mundo de arriba, de los cielos; el felino, representa el poder terrestre, y reptiles como la serpiente, que representan el mundo de abajo. Tambien se representan cabezas humanas de ancestros antiguos.

Los templos servían de conexión con el mundo superior, habitado por las divinidades, la arquitectura misma era sagrada, sus muros se transformaban al ser esculpidos y decorados con los rostros de los dioses, ancestros y animales sagrados.

Las cabezas clavas provienen del templo de Chavín de Huántar en la sierra norte del Perú. En una de las cabezas se representa un reptil con rasgos felinos, en la otra un rostro humano con arrugas, nariz dilatada y ojos excéntricos, lo cual se asemeja a un sacerdote.

Se han encontrado cabezas clavas en las culturas recuay, tiahuanco y chavín, pero los más representativos pertenecen a la cultura Chavín cuyas cabezas se hallaban empotradas en fila horizontal y equidistante en los muros del templo de Chavín.

Entre 1919 y 1941, el arqueólogo Julio C. Tello logró identificar y recuperar 42 cabezas clavas, las mismas que se hallaban empotradas en la fachada del templo o castillo. Ambientó un lugar como museo, pero todas ellas desaparecieron en el aluvión de 1945.

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