El astrónomo Rafael Bachiller descubrió, uno de los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Desde Cerro Paranal (Chile), ha obtenido una imagen muy detallada de la Nebulosa del Murciélago. Se trata de un complejo de nubes interestelares en cuyas regiones más opacas están naciendo nuevas estrellas.

Está situada a unos mil trescientos años luz de distancia, en un rincón oscuro de la constelación de Orión, la discreta nebulosa NGC1788, a diferencia de a la Gran Nebulosa de Orión (M42 o NGC1976), es demasiado tenue como para ser visible a simple vista.

NGC1788, es una nebulosa de reflexión que no emite luz propia, simplemente refleja la luz de las estrellas brillantes que tiene más cercanas. Algunas de estas estrellas se encuentran sumergidas en las profundidades de la propia nube y su luz llega al exterior atravesando las regiones más tenues.

Fue descubierta en 1786 por William Herschel, el descubridor del planeta Urano y uno de los mayores genios de la historia de la astronomía, la incluyó en su catálogo de objetos nebulosos como NGC1788, la nebulosa escondida llamó la atención de los astrónomos pues, con un poco de imaginación, en las fotografías de gran campo, su forma recuerda a la de un murciélago volando, pasando por ello a ser conocida como la Nebulosa del Murciélago.

La caprichosa forma de la nebulosa, constituida esencialmente por hidrógeno, ha sido esculpida por el efecto combinado de los vientos y las radiaciones de las estrellas próximas.

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