El esfumado (del italiano sfumato) es una técnica pictórica que se obtiene por aumentar varias capas de pintura extremadamente delicadas, proporcionando a la composición unos contornos imprecisos, así como un aspecto de antigüedad y lejanía.

La palabra "sfumato" proviene del idioma italiano y se deriva de "fumo" (humo) y de "sfumare", "atenuar" o "evaporarse como humo". Sfumato traducido al español significa suave, difuminado o borroso.

Se utilizaba en los cuadros del Renacimiento para dar una impresión de profundidad. La invención de esta técnica, así como su nombre sfumato, se deben a Leonardo da Vinci (1452-1519), que la describía como "sin líneas o bordes, en forma de humo o más allá del plano de enfoque".

Este efecto hace que los tonos se difuminen hasta valores más oscuros como en La Virgen de las Rocas (1483-1486), donde ya se considera totalmente logrado y sobre todo en Mona Lisa o el San Juan Bautista (cuadros conservados en el Louvre de París).

La técnica del esfumado no se limita únicamente a la pintura al óleo; también se ha utilizado en otras formas de arte como el dibujo, el pastel y el arte digital. A lo largo de la historia del arte, numerosos maestros han empleado el esfumado de manera magistral para lograr efectos visuales impresionantes y expresar una gama completa de emociones en sus obras.

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