En la historia del cine, y sobre todo del cine de terror, hay un antes y un después de que aquel 1 de octubre de 1968 en un cine pequeño de Pittsburgh se estrenaba una película que cambiaría para siempre el cine de terror y crearía un nuevo subgénero: las películas de zombies. Era 'La noche de los muertos vivientes', ópera prima de George A. Romero,

Antes de 1968 los zombis se mostraron en el cine como seres legendarios, cuyos orígenes se encontraban en el folclor de Haití, y eran esencialmente muertos reanimados mediante la utilización de rituales vudú. Tal concepción aparece en películas de terror de los años 30 y 40 que situaban su acción en países del Caribe, en exóticas y misteriosas plantaciones, y con actores de raza negra encarnando a los zombis. Algunos ejemplos son las películas La legión de los hombres sin alma (Victor Halpering, 1932), protagonizada por Bela Lugosi, y, más significativamente, Yo anduve con un zombi (Jacques Tourneur, 1943).

La noche de los muertos vivientes modificó la idea que se tenía sobre los zombis. Pasaron de ser seres serviles, dominados por una inteligencia superior y carentes de voluntad o de capacidad de comunicación, a mostrarse como incontrolables, caníbales.

Romero ha abordado la misma temática, desde distintas perspectivas, en una saga de seis películas: La noche de los muertos vivientes (1968), Dawn of the Dead (1978), Day of the Dead (1985), Land of the Dead (2005), Diary of the Dead (2007) y Survival of the Dead (2009).

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