El Kōkyo (literalmente, "Residencia Imperial") o Palacio Imperial de Tokio es la residencia permanente del Emperador del Japón. Está situado en los terrenos del antiguo castillo de Edo, que fue utilizado por los shogun Tokugawa durante todo el periodo Edo. En 1868 cuando Japón se abrió al mundo y se terminó el shogunato, la residencia imperial se fijó en Tokio y se utilizaron los muros y terrenos del castillo para construir el Palacio Imperial. Aunque el Palacio fue destruido por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, se ha reconstruido en 1968 intentando seguir el estilo arquitectónico original.

Se encuentra ubicado dentro de un parque rodeado de paredes de piedras macizas, en el distrito de Chiyoda, uno de los 23 barrios especiales de Tokio. El recinto está protegido por amplios fosos y gruesas murallas y rodeado de jardines cuidados con gran esmero, cuya serenidad y frondosidad suponen un marcado contraste con el acero y el vidrio de los modernos edificios de oficinas del centro de la ciudad.

Corredores, ciclistas, parejas y familias frecuentan los terrenos del palacio. También hay visitas guiadas por los jardines, y la colección de arte imperial se puede ver de forma gratuita.

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