El Atomium se encuentra en la periferia de Bruselas, Bélgica, en el barrio de Heizel y se puede llegar en el metro.

Fue construido para la Exposición Universal de 1958, pero como es usual, se quedó permanentemente y ahora es uno de los símbolos de la capital belga, haciéndole la competencia a la famosa estatua del "Manneken Pis".

Este monumento fue diseñado por el ingeniero André Waterkeyn, quien lo concibió de acero y aluminio con más de 100 metros de altura.

Su estructura emula los nueve átomos de un cristal de hierro (que a su vez representan las nueves provincias belgas), aumentados varios millones de veces.

Las esferas, de 20 metros de diámetro, están recubiertas de una capa de aluminio reflectal, que al captar la luz del sol hace que brillen con especial fuerza.

Para su construcción fue necesario emplear a más de 15,000 trabajadores durante tres años. Fue totalmente restaurado en el año 2005.

Cada esfera del Atomium contiene un espacio reservado a una actividad concreta (aunque algunas de las más altas están inhabilitadas por cuestiones de seguridad), y se conectan entre sí mediante túneles con escaleras mecánicas: se puede acceder a seis de las esferas, y hay un restaurante con mirador en la esfera más elevada, al que se accede subiendo con el ascensor (considerado uno de los más rápidos de Europa, por cierto).

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