La invención del piano moderno se atribuye a Bartolomeo Cristofori, natural de Padua, ciudad perteneciente por aquel entonces a la República de Venecia.

En 1688 fue contratado por el príncipe Fernando II de Médici como conservador de instrumentos, por eso se trasladó a la ciudad de Florencia. El príncipe era un gran melómano, apasionado por la mecánica y las matemáticas, y tenía una buena colección de instrumentos musicales. Cristofori era experto fabricante de clavicémbalos y allí pudo familiarizarse aún más con las técnicas de fabricación de instrumentos de cuerda con teclado. A su invención la llamó «arpicémbalo» y también "gravicémbalo col piano e forte"; abreviado su nombre fue "pianoforte" que significa "suave y fuerte". Esto se refiere a la capacidad del piano para producir sonidos con diferentes intensidades, dependiendo del peso que se le aplica a las teclas. Esta característica lo diferenciaba de sus antecesores.

Se desconoce con precisión la fecha en la que del taller de Cristofori en Florencia salió el primer piano, pero en un inventario hecho por su mecenas, la familia Médici, se indica la existencia de un piano en el año 1700.

El apogeo de la fabricación de pianos tuvo lugar a finales del siglo XVIII en la escuela de Viena, que incluyó a fabricantes como Johann Andreas Stein.

El que aparece en la foto fue construido por Cristofori, data de 1720 y se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Es el más antiguo que se conserva.

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