En el interior de la Catedral de Ourense destaca el imponente “PÓRTICO DEL PARAÍSO”. Se trata de uno de los conjuntos monumentales más destacados del edificio, tanto por sus dimensiones como por la calidad de la imaginería que, en gran parte, conserva la policromía del siglo XVIII, cuyos colores han vuelto a ver la luz debido a una reciente restauración. El paso del tiempo y la humedad los habían desvanecido en gran parte.

No se dispone de una cronología precisa para fecharlo exactamente. Se sabe, eso sí, que la última fase constructiva de la Catedral se lleva a cabo en la alta Edad Media, cuando regenta la diócesis el obispo Lorenzo, y es en esta época cuando se cierra la catedral por su cara sur y se construye el Pórtico.

Tanto sus formas como su disposición muestran la influencia que el taller del maestro Mateo, autor del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, llegó a tener en toda Galicia.

Si bien no ha llegado completo hasta nuestros días, sigue con fidelidad el mensaje catequético de la Edad Media, encadenando las profecías del Antiguo Testamento y la Buena Noticia del Nuevo. Profetas y Apóstoles rodean a la figura central de Jesucristo, que vendrá nuevamente para juzgar a vivos y muertos. La función moralizante del programa iconográfico es innegable, como puede advertirse al analizar todo el conjunto: cielo, condenación, ángeles trompeteros, que nos evocan los temores de la sociedad del año 1000.

En definitiva, una joya del románico.

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