Los Reyes Católicos contrajeron matrimonio en el Palacio de los Vivero de Valladolid el 19 de octubre de 1469.

Isabel I de Castilla tenía 18 años cuando se casó, mientras que Fernando II de Aragón tenía 17.

La pareja pasó su luna de miel en el Castillo de Fuensaldaña ubicado en la actual provincia de Valladolid.

Como eran primos segundos, para que su matrimonio fuera reconocido por la Iglesia necesitaban una dispensa del Papa, que sus partidarios solicitaron de manera insistente a Paulo II. Como este se negó a otorgarla, utilizaron una bula falsa.

La historiografía española considera el reinado de los Reyes Católicos como la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. Con su enlace matrimonial se unieron, la dinastía de los Trastámara, dos coronas, la Corona de Castilla y la Corona de Aragón dando nacimiento a la Monarquía Hispánica y, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles.

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