La Segunda Batalla de Ypres tuvo lugar entre el 22 de abril y el 25 de mayo de 1915, en la que se enfrentaron Francia, Reino Unido, Australia y Canadá contra el Imperio alemán y fue la primera batalla en la que se usó gas cloro con fines militares.

Se dice que en esta batalla se utilizó por primera vez el gas, pero algunos historiadores apuntan a que fueron los franceses en agosto de 1914, el primer mes de la guerra, cuando utilizaban granadas de mano o de fusil con una especie de gas lacrimógeno para sacar a los alemanes de sus posiciones.

Las fuerzas alemanas lanzaron 168 toneladas métricas de cloro que el viento del nordeste empujó hacia las tropas francesas. Los comandantes franceses pensaron que se trataba de una cortina de humo y ordenaron a sus tropas prepararse para repeler el ataque germano.

Lo que esta nube tóxica logró fue causar ceguera, tos, náuseas violentas y fuertes dolores en la cabeza y los pulmones a los soldados. En poco más de una hora dos divisiones de diez mil hombres, se retiraron dejando una brecha de más de 2 kilómetros, que los alemanes aprovecharon para dividir su ejército y poner en peligro a más de 50.000 soldados.

Las víctimas mortales que dejó el gas utilizado en esta batalla de Ypres no superaron los 5.000 soldados. El gas no fue necesariamente letal para muchos soldados, pero los dejó impotentes, desorientados y vulnerables a las armas convencionales como las ametralladoras o los francotiradores.

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