En las parrillas argentinas, ¿a qué se le llama matrimonio?
Si vas a comer a una parrilla argentina y pedís “un matrimonio”, el mozo va a entender perfectamente que le estás pidiendo un chorizo y una morcilla. Hablamos en este caso de un chorizo criollo, sin curar, que puede ser de carne de res, cerdo o ambos; la morcilla -conocida en otros lugares como moronga- puede ser común (la de Argentina no lleva ningún tipo de cereal en la preparación) o “vasca” que es similar a la anterior pero con el agregado de pasas de uva, nueces y maní. Se consumen calientes como entrada, antes del típico asado a las brasas, y se sirven al mismo tiempo.
A los chorizos se los suele acompañar con chimichurri. Un chimi casero no tiene nada que ver con ese envasado que venden en el supermercado. El segundo puede venir bien en una emergencia, pero conviene ser previsores. Esta típica salsa es sencilla de preparar pero requiere un tiempo de reposo de al menos una semana. Hay que calentar vinagre de alcohol y agregarle ají molido, orégano, provenzal, pimentón, aceite neutro, sal y pimienta. Esta es la versión suave. Los que gusten de las experiencias potentes pueden agregarle ají picante antes de dejarlo para que tome sabor.
Si bien algunos disfrutan del contraste de algo ácido con la morcilla suave y muchos restaurantes ahora la sirven en preparaciones complejas, lo tradicional es comerla sola, principalmente por su sabor especial y su textura cremosa.
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matadornetwork.com
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