Un día, en el Olimpo, Zeus decidió bajar a la Tierra junto con Hermes, para conocer el corazón de los hombres. Disfrazados de mortales viajaron a pie por varios lugares hasta llegar a Frigia, donde estuvieron tocando las puertas de sus habitantes para buscar asilo.

Pero la gente les cerraba las puertas en la cara sin siquiera dignarse a contestarles. Sin desanimarse, continuaron caminando hasta llegar a la pobre vivienda de Filemón y Baucis, quienes al verlos tan fatigados enseguida les permitieron entrar. Aunque no tenían mucha comida, pusieron ante ellos lo mejor que tenían.

Los desconocidos les agradecieron por sus atenciones y empezaron a comer. Cuando Filemón se acercó a llenar de nuevo sus vasos de vino, se sorprendió mucho al ver que estos seguían llenos.

Entonces llegó a la conclusión de que aquellas personas debían ser dioses. Inmediatamente, Filemón tomó al único ganso que poseían para sacrificarlo. En ese momento, Zeus lo detuvo.

Y le dijo, ya que fueron los únicos que los habían recibido, y dado que, iba a destruir la ciudad, ellos se salvarían. Hizo venir una gran inundación que destruyó todas las casas de la ciudad, excepto la suya, que se convirtió en un templo. Zeus les concedió el único deseo que ambos tenían: el morir juntos.

Ellos se dedicaron a resguardar el templo por el resto de sus vidas y cuando estas llegaron a su fin, se convirtieron en árboles que compartían el mismo tronco. Filemón fue un roble y Baucis un tilo.

Más información: es.wikipedia.org