En la Divina Comedia, Dante se encuentra con Beatriz (que simboliza la Teología), quien le enseña las 9 esferas del Cielo, que son la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, las Estrellas fijas, y el Primer móvil, organizados según la jerarquía de Los Ángeles.

Las primeras 3 esferas se asocian a formas como Coraje, Justicia, y Templanza. Las otras cuatro se vinculan a ejemplos positivos de Prudencia, Coraje, Justicia, y Templanza; por su parte, la Fe, la Esperanza y la Caridad están en la octava esfera.

Desde el Primer Móvil, Dante asciende a una región que está más allá de la existencia física, el Empíreo, que es la morada de Dios. Beatriz se hace en este lugar más bella que nunca, y Dante se ve envuelto por la luz, de modo que es capaz de ver a Dios.

Dante ve una rosa enorme, que simboliza el amor divino, cuyos pétalos son las almas entronizadas de los fieles. Todas las almas que ha conocido en el Paraíso, incluyendo a Beatriz, tienen su morada en esta rosa. A su alrededor hay ángeles volando, distribuyendo paz y amor. Cuando Beatriz pasa a ocupar su lugar en la rosa, Dante ya puede contemplar directamente a Dios, y San Bernardo, un místico contemplativo, será su guía en esta última etapa.

San Bernardo continúa explicando la predestinación, y reza a María a favor de Dante. Por último, el protagonista entra en contacto directo con Dios, quien aparece como 3 círculos idénticos, los cuales representan al Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

Más información: es.wikipedia.org