Los anillos de boda se colocan en el dedo anular desde hace siglos. Los joyeros señalan que el anillo de compromiso se lleva en la mano izquierda, mientras que la alianza matrimonial tiene que ponerse en la mano derecha. Esta tradición aparece en los textos de distintos autores de la Antigua Roma. Se cree que los romanos se inspiraron en una creencia que nació en una civilización anterior.

El dedo anular era conocido como el dedo médico en la Antigua Grecia. Los griegos sostenían que estaba conectado directamente con el corazón a través de una vena, a la que llamaban vena amoris (vena del amor). Dicho dedo se escogió para poner los anillos en los matrimonios por estar vinculado al corazón.

Macrobio, sabio y escritor romano que vivió entre los siglos IV y V, afirmaba que colocar un anillo en el dedo anular impedía que los sentimientos se escaparan. En la época del Imperio, los tratos solían cerrarse con anillos por ser objetos que se llevaban en las manos. En muchas ocasiones, las bodas eran consideradas acuerdos entre dos familias y los matrimonios eran concertados.

Con el tiempo, la tradición se extendió a otras culturas y religiones, aunque con algunas variaciones. En la mayoría de los países occidentales, incluyendo España y Latinoamérica, las parejas casadas suelen llevar el anillo de boda en el dedo anular de la mano derecha. Este no es el caso en Holanda, Alemania o Gran Bretaña. En Estados Unidos y Australia, también es costumbre llevarlo en la mano izquierda.

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