El Egipto predinástico estaba compuesto por una multiplicidad de pequeños reinos, cada uno de ellos bajo la autoridad de una divinidad local representada por un príncipe que era su sumo sacerdote.

Como resultado de un largo proceso de anexiones y conquistas, se constituyeron unidades políticas más amplias hasta la aparición de dos reinos: el Alto Egipto, el valle del Nilo de orografía más accidentada y menos fértil, y el Bajo Egipto, la zona del delta, plana y fértil. Hieracómpolis fue la capital del Alto Egipto, mientras que la del Bajo Egipto fue Buto.

Se atribuye a Narmer la unificación de los dos reinos alrededor del 3000 a.C., hecho que supuso el inicio del período dinástico. La principal prueba de la existencia de este soberano es una paleta de esquisto verde descubierta en Hieracómpolis en 1898, en la que aparece representado por un lado con la corona del Bajo Egipto y, por el otro, con la del Alto Egipto. Es posible, aunque no seguro, que Narmer y el misterioso Rey Escorbuto fueran la misma persona.

La unión de los dos reinos fue conocido como las Dos Tierras. La misma ceremonia de coronación del rey subrayaba el hecho decisivo de la unificación bajo la égida de un único soberano, "aquel que reina sobre el junco y la abeja", donde el junco representaba a las regiones del valle, Alto Egipto y la abeja a las del delta, Bajo Egipto.

También se representaban simbólicamente con la flor de loto y con el papiro, respectivamente.

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