Se dice que, en su lecho de muerte, Ludwig van Beethoven (1770-1827) miró algunas de las obras de Franz Schubert (1797-1828) y exclamó: «¡Verdaderamente, la chispa del genio divino reside en este Schubert!».

El 29 de marzo de 1827, Schubert fue uno de los portadores de antorchas o del féretro en el funeral de Beethoven. No conocía bien al compositor, pero estaba profundamente afectado por la muerte de Beethoven.

Schubert falleció de fiebre tifoidea en noviembre de 1828 a la edad de 31 años. Antes de morir, pidió escuchar el «Cuarteto de cuerda nº 14 en do sostenido menor» de Beethoven.

Schubert fue enterrado cerca de Beethoven, tal y como había solicitado, aunque ambas tumbas fueron trasladadas al Cementerio Central de Viena en 1888 para que reposaran junto a otros compositores conocidos, Johann Strauss II y Johannes Brahms.

Muchas de las obras de Schubert se basan en poemas alemanes conocidos como «Lieder». Algunas de sus últimas canciones componen un ciclo llamado «Die Winterreise» («Viaje de invierno»), con poemas sobre un hombre infeliz porque su amante no le quiere.

Schubert escribió nueve sinfonías. La última se conoce como la «Gran Sinfonía», mientras que la octava se llama «Inconclusa». La octava sólo tiene dos movimientos en lugar de los cuatro habituales. Se desconoce por qué Schubert decidió no terminarla antes de pasar a su novena y última sinfonía.

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