Bernardo O'Higgins Riquelme es considerado el padre de la patria. Su presencia, como militar y gobernante, fue crucial en todo el proceso de emancipación chilena del dominio español, ya fuera luchando en las batallas de la Independencia o ejerciendo como primer Director Supremo de la nueva nación.

Comenzando 1823, sus opositores, liderados por Ramón Freire, se organizaron para sacarlo del poder porque consideraban ilegítimo que ejerciera los tres poderes del Estado (Legislativo, Judicial y Ejecutivo). Por esta situación, se llamó a cabildo abierto, en el cual, Bernardo O'Higgins a petición de los demás, decide abdicar y autoexiliarse en Perú. En Chile, Ramón Freire fue nombrado Director Supremo provisional.

En Lima, el libertador vivió hasta sus últimos días. Poco tiempo antes de su fallecimiento solicitó un notario para dejar constancia de su testamento, en donde manifestaba su deseo de dejarle todos sus bienes a su hermana Rosa, con la condición que ella entregara una parte a Demetrio O'Higgins. Finalmente, el 24 de octubre de 1842, Don Bernardo O'Higgins falleció en su domicilio del Jirón de la Unión en Lima, a los 64 años de edad. Sus restos fueron enterrados en Lima.

Sus restos fueron sepultados en suelo peruano gracias a la caridad de su vecindad y fueron repatriados en 1869. Actualmente, sus restos descansan en la cripta del Altar de la Patria, en la Alameda del Libertador Bernardo O´Higgins, Santiago de Chile, para veneración de sus compatriotas.

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