El León de Lucerna (Suiza) fue diseñado por el escultor danés Bertel Thorvaldsen, pero fue tallado por el cantero alemán Lucas Ahorn (1789-1856) quien lo terminó en 1821.

La obra representa el sentimiento de desgarro que supuso la tragedia por la pérdida de más de 700 soldados de la Guardia Suiza, al servicio de Luis XVI. Hombres que fueron masacrados en el Palacio de Las Tullerías, en París, el 10 de agosto de 1792, durante la Revolución Francesa.

Desde el siglo XV, los suizos integraban la guardia personal de los reyes de Francia y no de forma casual, sino por el prestigio que habían conquistado desde el siglo XIII, con su participación en innumerables conflictos, formando regimientos de mercenarios voluntarios muy apreciados por las distintas monarquías europeas.

El monumento muestra a un león herido de muerte, en el que vemos una lanza clavada en su costado, pero sobre todo se aprecia el dolor en su rostro. También hay dos escudos, uno con la cruz de la bandera suiza y otro con la flor de Lis, símbolo de la monarquía gala.

La inscripción en la roca (en latín) alude a la “lealtad y valentía de los suizos” y abajo están los nombres de los muertos en aquella batalla, especificando que murieron 760 y solo sobrevivieron 350.

Al estar frente a esta majestuosa obra, uno no percibe el tamaño real de ella, que alcanza los 10 metros de largo por 6 de altura, porque esta al fondo de un pequeño lago y en la base de una cantera.

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