A finales del mes de agosto de 1968, varias organizaciones pacifistas decidieron trasladarse a Chicago para expresar su oposición a la guerra de Vietnam y a la actuación del presidente Lindon B. Johnson, para protestar mientras el Partido Demócrata celebraba allí su Convención Nacional.

La violencia estalló durante la tarde del 28 de agosto, cuando la policía cargó con porras y lanzó gas lacrimógeno de forma indiscriminada. Miles de personas resultaron heridas y más de 600 fueron arrestadas.

Con la llegada a la presidencia de Richard Nixon en enero de 1969, los republicanos quisieron dar un escarmiento.

Líderes de las principales organizaciones que se oponían a la guerra: David Dellinger, Rennie Davis, Jerry Rubin, Tom Hayden, John Froines, Lee Weiner, Bobby Seale, y Abbie Hoffman, fueron acusados de conspirar para cruzar fronteras estatales con la intención de incitar a la violencia, un cargo por el que podían pasar hasta diez años de prisión.

Conocidos como "Los ocho de Chicago"; el grupo fue rebautizado como "Los siete de Chicago" cuando Seale, cofundador de los Panteras Negras, consiguió ser juzgado por separado.

Tras cinco meses de juicio, el 18 de febrero de 1970, los siete imputados fueron absueltos del cargo de conspiración, pero cinco de ellos fueron condenados a penas de cinco años y obligados a pagar una multa de 5.000 dólares cada uno.

El 21 de noviembre de 1972, todas las condenas fueron revocadas por la Corte de Apelaciones de Estados Unidos.

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