El barbecho es el descanso entre siembras y cultivos que se deja en una superficie o terreno agrícola. Estos periodos de descansos suelen ser cada dos o tres años para que el terreno se recupere.

A través de él, se combinan los ciclos de cultivo y de descanso, de esta manera, se busca que el suelo no pierda sus cualidades. Por lo general, durante este período el terreno se ara pero no se cultiva, esto permite eliminar las malezas (las cuales se usan como abono) e incrementar la humedad de la tierra, favoreciendo la recuperación de los minerales que se pierden con el cultivo.

A grandes rasgos, es posible distinguir entre dos tipos de barbechos, los largos y los cortos: en el primer grupo están los que contemplan un período de tiempo largo entre un cultivo y otro, de manera que la tierra pueda recuperarse por completo; el barbecho corto no supera los dos años de descanso, razón por la cual el terreno no puede regenerarse al cien por ciento.

También se puede hablar de barbecho semillado, si se siembra algo durante el proceso (que puede incluir especies de leguminosas como ser yeros, veza, garbanzos o lentejas, las cuales ayudan a enriquecer el suelo), o de barbecho blanco, si no se siembra nada.

El barbecho y la rotación de cultivos surgieron a finales de la Edad Media, en un momento en el cual la población europea tenía una creciente demanda de alimentos y las tierras no eran suficientes para producir tal cantidad de materias primas y de tanta calidad.

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