El llamado Congreso Termal fue designado durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931), su nombre proviene de las Termas de Chillán, lugar donde las directivas de los partidos políticos dan su beneplácito a Ibáñez para que elabore los cupos y las listas de candidatos al Congreso. Con esa acción, se le quita al Congreso su carácter democrático, omitiéndose la voluntad popular para la elección de sus miembros.

El origen del Congreso Termal trataba de evitar una confrontación electoral que no garantizara el apoyo a Ibáñez y una posible victoria de sus opositores. Haciendo uso de una cláusula de la ley de elecciones de la época que señalaba que en caso de existir igual número de candidatos al de vacantes a llenar no era necesario realizar una elección.

En marzo de 1930, fecha de la elección se dio por electos las candidaturas presentadas. De esta forma, Ibáñez, que ya había logrado dominar el Ejecutivo por medio de un plebiscito que lo eligió por unanimidad como Presidente de la República, ahora controlaba el Legislativo a su antojo, en una verdadera dictadura legal.

La duración de este Congreso se extendió por dos años, puesto que el 6 de junio de 1932 la Junta de Gobierno de la República Socialista tomó la decisión de disolverlo. Las elecciones parlamentarias democráticas se realizarían nuevamente el 30 de octubre de 1932.

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