¿Dónde se originó la frase "El rey ha muerto, larga vida al rey"?
"El rey ha muerto, viva el rey", o "el rey ha muerto, larga vida al rey", es un lema o grito que se emplea como expresión ritual en la sucesión de las monarquías.
La frase original fue traducida del francés: 'Le roi est mort, vive le roi!', que fue declarada por primera vez al acceder al trono francés de Carlos VII tras la muerte de su padre Carlos VI en 1422. En Francia, la declaración fue hecha tradicionalmente por el Duque de Uzés, tan pronto como el ataúd que contenía los restos del rey anterior descendió a la bóveda de la Basílica de Saint Denis. La frase surgió de la ley de 'le mort saisit le vif', según la cual la transferencia de la soberanía se produce instantáneamente en el momento de la muerte del monarca anterior.
En ese momento, el francés también era el idioma principal de la nobleza en Inglaterra, y la proclamación fue rápidamente asumida como la representación ideal de la misma tradición, que en Inglaterra se remonta a 1272, cuando Enrique III murió mientras su hijo, Eduardo I, luchaba en las Cruzadas. Para evitar cualquier posibilidad de que una guerra civil estallara sobre el orden de sucesión, el Consejo Real proclamó: "El trono nunca estará vacío; el país nunca estará sin un monarca." Así, Eduardo fue declarado rey inmediatamente, y reinó en ausencia hasta que la noticia regresó a Inglaterra.
El significado más trascendente de tal expresión es la continuidad de la institución monárquica más allá de las personas que la encarnan.
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